Miércoles 19 de marzo

Los dublineces, James Joyce

Una vez culminada la lectura de los Dublineses y de la discusión y análisis en clase, de gran parte de los cuentos, debo admitir que me he cuestionado como lectora. Durante toda mi “vida como lectora activa" y durante mi carrera he leído textos literarios, artículos, cuentos, poemas, textos periodísticos ensayos y he realizado análisis, escritos, reseñas y demás desde distintas perspectivas y enfoques; y, por lo general, he sido acertada en mis criterios de análisis o críticas e identificación de criterios, estructuras, temáticas y conceptos.

Pero en esta ocasión debo admitir que mis reflexiones personales no coinciden en lo más mínimo con gran parte de las exposiciones hechas en clase por la profesora o por los estudiantes. Evidentemente hay un lineamiento central o casi obvio que sigo y que comparto pero al llegar a un nivel más profundo, cuando se trata de hacer algunas observaciones más específicas, veo que parezco estar leyendo otro libro, o al menos otra versión a la que leen las demás.

Odio decir que siento que mi lectura parece estar “cubierta por un manto rosa” o algo similarmente romántico, cursi, detestable. Aunque percibo la ironía y el desamor y la desesperanza que Joyce refleja en el libro, creo que hay momentos de amor sincero, ilusión y melancolía que llenan los párrafos de sentimientos que se desbordan de sus páginas. Pero al llegar a clase parece que soy yo.

*Lo extraño es que nunca lo sentí así, nunca estuve tan “errada” en mi percepción y por más emotiva que sea mi ida ahora, han habido momentos que podrían haber afectado más mi criterio, si es de eso de lo que se trata. La verdad, me molesta, pensar que mi criterio puede estar siendo afectado por algo, o que tal vez lo he perdido.

No hay comentarios: